Enumerar las características geográficas de Egipto.
Desarrollar: los ciclos del Nilo.
¿Qué tipo de producción se desarrollaba en la región?
¿Cuál era la importancia del río Nilo para los egipcios?
¿Cómo era la organización política de Egipto?; ¿qué funciones tenía el faraón?
Realizar una pirámide social de Egipto e incorporar una breve descripción de cada clase social.
¿Quiénes eran los que sostenían al Estado Egipcio?
Bibliografía
Momificaciones
Cuando el jefe de una familia moría, todas las mujeres de la casa se cubrían la cara de lodo y así desgreñadas recorrían la ciudad. Los hombres hacían lo mismo respecto a las mujeres.
Después de estas primeras manifestaciones de dolor, se enviaba el cuerpo del muerto a los embalsamadores, clase inferior de la casta sacerdotal. La familia convenía con ellos el precio de esta operación, precio que variaba según la sencillez o magnificencia del embalsamamiento. La más común se limitaba a purgar el vientre del difunto con drogas de bajo precio, a desecar el cuerpo entero dejándolo durante setenta días sumergido en natrón, enfundarlo luego en una mortaja de tela grosera, más aún groseramente recosida, y depositarlo en este estado en las catacumbas públicas. A veces se tendía al muerto sobre una tabla de sicómoro, envuelto también en la sábana mortuoria.
Si el individuo podía hacer algún gasto, se empleaba aceite de cedro en la limpieza del vientre; se desecaba el cuerpo con natrón; y bien cada miembro por separado, o el cuerpo entero, se envolvía en vendas de algodón empapadas en la mismo clase de aceite o en cualquier otra sustancia conservadora; inmediatamente se ponía el cuerpo en un ataúd más o menos adornado con pinturas. Sobre la parte frontal de este ataúd que solía ser frecuentemente de madera se escribían los nombres del muerto, el de su madre, y la profesión del difunto.
Puede uno hacerse una idea de la variedad de estas prácticas, pensando en todo aquello que la piedad, el cariño y la vanidad son capaces de imaginar para la decoración de esta última morada del hombre, y en todos los grados recorridos desde el humilde embalaje de tela del pobre hasta el magnífico sarcófago real de granito o alabastro.
La primera operación de los embalsamadores consistía en extraer el cerebro por las narices por medio de un instrumento curvado; la cavidad de la cabeza se llenaba inmediatamente inyectando betún líquido y muy puro, que al enfriarse se endurecía. Se ha extraído de algunas cabezas de momias la cofia del cerebro perfectamente conservada.
Se hacía también la extracción de los ojos, que se sustituían por ojos de esmalte.
El cabello se dejaba sobre la cabeza, y se han visto algunas cabelleras largas y lisas, otras rizadas, y otras trenzadas, y ordenadas de modo que se veía la mano del peluquero.
Por medio de una piedra cortante, se hacía la incisión en el costado izquierdo, y por esta abertura se extraían los intestinos y las vísceras. Las cavidades del abdomen y del estómago se lavaban cuidadosamente con infusiones de vino de palmera o sustancias aromáticas, y se secaban con polvo de estos aromas; luego se llenaban con mirra y otros perfumes, incluso con serrín de maderas olorosas, con el que mezclaban joyas y figurillas religiosas de metales preciosos o comunes, de piedras duras o porcelana.
El cuerpo, preparado de este modo interiormente se depositaba en el baño de natrón, sustancia muy abundante en Egipto en todas las épocas, y allí se permanecía durante setenta días; la carne y los músculos desaparecían allí completamente devorados por la sustancia química, de modo que del cuerpo sólo quedaba la piel pegada a los huesos. Tal es el estado en que hoy se ven las momias de algunos museos.
Algunas veces, en vez de secar así el cuerpo, se inyectaba en las venas del difunto, por medio de procedimientos muy complejos y costosos, un compuesto químico líquido, que tenía la propiedad de conservar el cuerpo y dejar en sus miembros casi toda su elasticidad natural.
Mientras tanto, se sometían los intestinos y las principales vísceras del muerto a una preparación a base de betún hirviendo; se envolvían por separado el cerebro, el corazón, y el hígado en un lienzo, y se depositaban en cuatro recipientes que se llenaban con la misma sustancia líquida.
Después de los setenta días de inmersión en natrón, el cuerpo se amortajaba. Se envolvía cada dedo por separado en vendas muy estrecha; luego la mano, y por último, y por separado, el brazo. La misma operación se repetía con cada uno de los miembros, y con la cabeza se procedía aun más cuidadosamente. La tela que estaba en contacto inmediato con la piel, era siempre la más fina. El rostro iba cubierto por varias capas sucesivas; y su adhesión a la piel es tal que levantadas todas juntas han servido de moldes para obtener un retrato del difunto.
Se envolvía todo el cuerpo cuan largo era, y se restablecía fielmente mediante trazos artísticamente ejecutados sobre las venda, las formas primitivas de cada miembro, que la acción del natrón había destruido por completo.
Se ha comprobado que las uñas de los pies y de las manos de estas momias habían sido pintadas de oro; también se han encontrado placas de oro sobre la boca y los ojos, así como la cabeza también completamente dorada.
También se encontraron debajo de los vendajes los anillos y los collares de los difuntos, joyas. A los costados figurillas, objetos predilectos y hasta manuscritos.
Envuelta en lienzos y en una mortaja sujeta por varias vendas, la momia se colocaba en un ataúd de madera, de granito, de basalto, o de otras materias.
Este ataúd se adornaba de pinturas y esculturas; para los personajes importantes el primer ataúd se encerraba en un segundo, y éste en un tercero, todos ellos adornados con motivos religiosos.
Fuentes
Egipto, el don del Nilo
“El año era, para los egipcios, el tiempo necesario para producir una cosecha. Ahora bien, la cosecha depende en Egipto de la inundación. (…)
Por regular que sea el fenómeno de la inundación, ha sido difícil establecer el principio del año por la sola observación de la crecida. Pero en la época en que el Nilo comienza a crecer se produce siempre en la misma fecha un acontecimiento que podría servir de guía a los creadores del calendario. La estrella Sirio, cuyo nombre egipcio es Sopdit, que no se ve durante mucho tiempo, aparece un instante en el oriente precisamente antes de la salida del sol. Los egipcios no tardaron en asociar ambos fenómenos. (…) el día en que la estrella aparecía se estableció como el primer día del año. (…) Cuatro meses después de la primera manifestación de la crecida, el río volvía por entero a su cauce. Este período de cuatro meses formaba la primera estación del año, akit, la inundación. (…)
Había, después de la estación de la inundación, una estación de la germinación, perit, y luego una estación de las cosechas, chemu. Tres estaciones en lugar de cuatro. (…)”
Montet, Pierre. La vida cotidiana en el imperio Egipcio.
Los sacerdotes, según Herodoto (historiador griego del siglo V a.C)
“ (…) Sus vestidos son de lino y siempre recién lavados… Se rapan a navaja… Disfrutan de no pocas conveniencias, pues nada ponen de su casa ni consumen de su hacienda; comen de la carne ya cocida en los sacrificios, tocándoles diariamente a cada uno una crecida ración de la de ganso y de buey, no menos de su buen vino de uvas… consagran muchos de estos sacerdotes a cada dios, nombrando a uno de ellos sumo sacerdote y perpetuando sus empleos en sus hijos a su nacimiento…”Heródoto. En: Labraga,O. y Viera de Iturria, S. Prehistoria, Oriente y Grecia. (1971)
Los guerreros, según Herodoto
“ (…) Los guerreros, únicamente –si se exceptúan los sacerdotes–, tenían entre los egipcios sus privilegios y gajes particulares, por los cuales disfrutan cada uno de doce “aruras” o yugadas de tierra, inmune de todo tributo… Dichas propiedades reservadas al cuerpo de los guerreros, pasan de unos a otros, sin que jamás disfrute uno las mismas… En tiempo de servicio al Rey, además de sus yugadas, se les daba su ración diaria, pan cocido…carne de buey…, y vino…”.
Heródoto. En: Labraga,O.-Viera de Iturria, S. Prehistoria, Oriente y Grecia. (1971)
La agricultura
“En Egipto, la actividad económica más importante era la agricultura: (…) la crecida del Nilo garantizaba la fertilidad de las tierras a sus orillas. El país producía cereales como cebada y trigo, frutas, vides y lino; se criaban cerdos, cabras y ovinos, vacunos, ocas y patos. (…) Después de la crecida, cuando las aguas volvían a su cauce, los campesinos trabajaban la tierra con una azada o con un arado y se sembraban las semillas en la tierra aún húmeda. Para regar sus cultivos usaban herramientas (algunas de las cuales son similares a las que hoy se siguen utilizando) que les permitían construir canales para transportar el agua del río. En los meses de abril y mayo llegaba el tiempo de la recolección y del pago de impuestos, que podía significar hasta la mitad de la cosecha.”
AA.VV. Pensar la Historia 1. Editorial Contexto, pp. 37-38
El faraón Ramsés III se dirige a los dioses
“[…] Soy vuestro hijo… Me habéis designado como soberano de la vida, la salud y la fuerza de todas las tierras. Habéis creado por mí la perfección sobre la tierra…
He buscado lo útil y lo eficaz para vuestros santuarios. Los he dotado de… hombres, tierras, ganado y barcos…
He llenado vuestros graneros con montones de cebada.
He construido para vuestros castillos, santuarios y ciudades…
He promulgado decretos para establecerlos en la tierra al amparo de los reyes que vengan tras de mi…
Os he dedicado ofrendas…”
Papiro Harris, 1, 57. En: Labraga,O. y Viera de Iturria, S. Prehistoria, Oriente y Grecia (1971).
El faraón Tutmés III habla del visir, uno de sus funcionarios
“El visir no debe dejarse influir por los demás funcionarios ni tratar a los súbditos como esclavos. Lo único que debe tomar en consideración es el interés de su señor. Al que viene a encontrarle para someterle algún asunto, debe tratarle según la ley y conforme al buen orden. El visir no olvidará jamás que es el punto de mira de la opinión pública…El visir tiene el deber de proporcionar él mismo solución a quien le presenta una demanda, si tiene que enviarlo a otra autoridad debe hacerlo mediante juicio…”.Tutmés III. En: Labraga,O. y Viera de Iturria, S. Prehistoria, Oriente y Grecia. (1971)
Comerciantes, artesanos y campesinos
“¿No te has imaginado la existencia del campesino que cultiva la tierra? El recaudador de las finanzas siempre ocupado en recoger los impuestos. Junto a él, agentes armados de bastones. Todos gritan: ¡Vamos a los granos! Si el campesino no los tiene, lo arrastran al canal. Los artesanos no son más felices que los campesinos. He visto a los herreros, tienen sus dedos arrugados como la piel de un cocodrilo. El picapedrero, agachado desde que se levanta el sol, sus rodillas y sus espaldas están quebradas.
El barbero afeita hasta la noche, el albañil expuesto a todos los vientos sobre las vigas del andamiaje, colgado de los capiteles en forma de loto, sus vestimentas siempre en desorden.
El tejedor apenas si puede salir de su casa, pues si un solo día deja de fabricar la cantidad reglamentaria es castigado; él está ligado como el loto al pantano. Los tintoreros, hieden sus dedos a pescado putrefacto, sus ojos están fatigados.
[…] He visto por todos lados la violencia. Es por esto que debes dar tu corazón a las letras. Yo he contemplado los trabajos manuales, y en verdad no hay nada por encima de las letras…”
la “Sátira de los Oficios”. En: Labraga,O. y Viera de Iturria, S. Prehistoria, Oriente y Grecia. (1971)
Escasez de comida e impuestos “Los gusanos se han llevado la mitad del grano, el hipopótamo se comió el resto. Hay muchos ratones en el campo, la langosta invade, las bestias devoran todo y los pequeños pájaros saquean. ¡Qué desgracia! Y el escriba desembarca y fija los impuestos sobre las cosechas. Lo acompañan soldados con garrotes. Dicen: ‘¡entrega el grano!’ No hay. Entonces, [lo] golpean (…) extendido sobre la tierra y caído en un pozo. Golpean a su mujer frente a él y cargan a sus hijos con ligaduras. Sus vecinos lo abandonan para poner su grano a resguardo.” (Papiro “Anastasy”. en Autores varios. Pensar la Historia 1. Editorial Contexto)
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